Los adultos que nacieron muy prematuros (23-31 semanas de edad gestacional) presentaban una probabilidad cinco veces mayor de ser hospitalizados por epilepsia en la edad adulta, en comparación con los adultos que nacieron a término (37-42 semanas de edad gestacional). Los adultos que nacieron entre las 32-34 semanas del embarazo mostraban el doble de probabilidades de ser hospitalizados por epilepsia y los adultos nacidos entre el 35 y 36 semanas, presentaban una probabilidad un 1,5 mayor de ser hospitalizados por epilepsia en comparación con los nacidos a término. Los resultados eran los mismos independientemente del crecimiento fetal, el orden de nacimiento o la existencia de trastornos relacionados con el parto prematuro.
Fuente: Revista de Neurología
Juan Francisco Reina Moreno
Neuropsicólogo Pediátrico de Edu-In
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